Arbor Networks ha publicado la octava edición de su Informe Mundial de Seguridad de Infraestructura (WISR), del que se desprende que las amenazas persistentes avanzadas (APT) se posicionan como una gran preocupación tanto para los operadores de red como para las empresas, junto con la creciente complejidad de los ataques de denegación de servicio (DDoS).
Por un lado, el informe señala que el incremento de las "botned" o máquinas comprometidas en las redes de los proveedores de servicios está causando un gran nivel de inquietud, dadas las múltiples variantes de malware que existen, su evolución y la incapacidad de sistemas de seguridad para luchar contra ellos de forma efectiva. De cara al futuro, el estudio revela una mayor preocupación por las APT, el espionaje industrial, la exfiltración de datos e los insiders maliciosos ante tendencias como BYOD y las redes sociales, que abren a los hackers aún más puntos de entrada para acceder a la red.
Por otro lado, los ataques DDoS tanto contra la capa de aplicación como los multi-vector (combinación de ataques volumétricos, state-exhaustion y contra la capa de aplicación) crecen en complejidad. Prueba de ello es que un 86 por ciento de los encuestados afirma haber sufrido ataques contra la capa de aplicación destinados a los servicios web, mientras que otro 46 por ciento ha padecido ataques multi-vector, frente al 27 por ciento del año pasado. Asimismo, casi la mitad los operadores de centros de datos experimentó ataques DDoS, de los que el 90 por ciento destacó los gastos operativos como uno de los principales impactos en su negocio.
Ante esta realidad, las empresas que trasladan sus servicios a la nube deben tener cuidado con los riesgos y los posibles daños colaterales. Con el comercio electrónico y los sitios de juegos online como los blancos más comunes, compartir los centros de datos con estas organizaciones conlleva un cierto riesgo.
CSO (20-02-2013)
