El uso generalizado de los códigos QR ya es una realidad, acelerada seguramente por su vinculación a las nuevas técnicas de marketing. Se trata de un código de barras multidimensional que, al ser captado por un visor de cámara fotográfica de móvil y gracias a un lector de QR, permite escanear y descodificar información. Ésta, en la mayoría de los casos, se concreta en un enlace web, que en muchas ocasiones es abierto directamente por el navegador del dispositivo móvil.
Este proceso, que a la práctica lleva a muchos usuarios a acceder a enlaces sin tener ningún tipo de información previa, está siendo utilizado por los ciberdelincuentes para atacar a los móviles con código dañino, robar información personal de los dispositivos o bien atraer al usuario hacia una web de phishing.
Por esta razón, es necesario utilizar un lector de código QR que haya sido programado teniendo en cuenta la seguridad de la información (Norton Snap -para Android o bien para iPhone- es un buen ejemplo). A su vez, el lector debe permitir la inspección previa de la información descodificada del código QR antes de acceder a ella, evitando la apertura automática del navegador. Por último, también es conveniente asegurarse, al fotografiar un código QR, de que el código de barras en cuestión no es una pegatina que haya sido pegada a posteriori sobre el código real.
Fuente: ABOUT.COM