Un fallo en el sistema informático de los planes de vuelo en EEUU afectó el pasado martes a sus principales aeropuertos, originando importantes retrasos.
La mayor parte del tráfico aéreo de los principales aeropuertos de Estados Unidos volvió a la normalidad tras los importantes retrasos sufridos. El problema tuvo su origen en un fallo en el sistema informático de clasificación de los planes de vuelo, según ha declarado la Administración Federal Aérea estadounidense.
La portavoz de la institución, Kathleen Bergen, afirmó que no se habían producido problemas respecto a la seguridad de los aviones, ya que los pilotos no habían perdido comunicación con los oficiales en tierra. Bergen situó la causa de los retrasos en un fallo del sistema que gestiona la información de los vuelos en las instalaciones de Hampton, en el Estado de Georgia, desde donde se transmiten dichos datos al otro centro de gestión de planes de vuelo en EE UU, situado en Salt Lake City, capital del Estado de Utah.
Como resultado, el centro de Salt Lake City tuvo que procesar por si mismo los planes de vuelo de todo el país, lo que provocó retrasos en la salida de los aviones. Según dijo la portavoz, no se produjeron problemas en el aterrizaje de las naves, ya que el problema sólo afectó a los aparatos que se encontraban en tierra esperando a despegar, y no a los que se encontraban en el aire en el momento del fallo informático.
Los aeropuertos más afectados fueron los de Baltimore, Charlotte, Atlanta, Chicago y Boston. Los de Washington, Miami, Cleveland y Houston no han sufrido las consecuencias del fallo informático y han posido seguir funcionando con normalidad. Las autoridades informaron de que los vuelos internacionales recibieron un trato prioritario.
La mayor parte del tráfico aéreo de los principales aeropuertos de Estados Unidos volvió a la normalidad tras los importantes retrasos sufridos. El problema tuvo su origen en un fallo en el sistema informático de clasificación de los planes de vuelo, según ha declarado la Administración Federal Aérea estadounidense.
La portavoz de la institución, Kathleen Bergen, afirmó que no se habían producido problemas respecto a la seguridad de los aviones, ya que los pilotos no habían perdido comunicación con los oficiales en tierra. Bergen situó la causa de los retrasos en un fallo del sistema que gestiona la información de los vuelos en las instalaciones de Hampton, en el Estado de Georgia, desde donde se transmiten dichos datos al otro centro de gestión de planes de vuelo en EE UU, situado en Salt Lake City, capital del Estado de Utah.
Como resultado, el centro de Salt Lake City tuvo que procesar por si mismo los planes de vuelo de todo el país, lo que provocó retrasos en la salida de los aviones. Según dijo la portavoz, no se produjeron problemas en el aterrizaje de las naves, ya que el problema sólo afectó a los aparatos que se encontraban en tierra esperando a despegar, y no a los que se encontraban en el aire en el momento del fallo informático.
Los aeropuertos más afectados fueron los de Baltimore, Charlotte, Atlanta, Chicago y Boston. Los de Washington, Miami, Cleveland y Houston no han sufrido las consecuencias del fallo informático y han posido seguir funcionando con normalidad. Las autoridades informaron de que los vuelos internacionales recibieron un trato prioritario.
El País (26-08-2008)