- 50.000 barcos en el mundo son vulnerables a los ciberataques
- Varios problemas hacen que al sector marítimo le resulte especialmente difícil abordar la ciberseguridad
Expertos en ciberseguridad han demostrado lo fácil que es hackear el equipamiento de navegación de un barco. Esto se produce solo unos años después de que unos investigadores demostrasen que podían engañar al GPS de un superyate para que modificase su rumbo. Hubo un tiempo en el que los objetos como los coches, las tostadoras y los remolcadores solo hacían aquello para lo que estaban originalmente diseñados. Hoy en día, el problema es que también están todos conectados a Internet.
La historia hasta ahora
Las historias sobre ciberseguridad marítima no van a hacer más que multiplicarse. El sector marítimo ha tardado mucho en darse cuenta de que los barcos, como todo lo demás, ahora forman parte del ciberespacio. La Organización Marítima Internacional (OMI), el organismo de Naciones Unidas encargado de regular el espacio marítimo, ha tardado tiempo y ha sido un poco lento a la hora de plantearse una regulación adecuada en lo que se refiere a la ciberseguridad.
En 2014, la OMI consultó a sus miembros para saber cómo deberían ser las normas sobre ciberseguridad marítima. Al cabo de dos años, publicó sus normas provisionales sobre gestión de riesgos de ciberseguridad, que son generales y no son específicamente marítimas. Por eso no es de extrañar que ahora se estén pirateando embarcaciones.
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